Biografía Anne Bonny, la pirata más temible del Caribe






El siglo XVII fue la edad de oro de la piratería, cuando se forjaron las leyendas de tesoros, bucaneros y aquellos que navegaron bajo la bandera de la calavera con dos tibias cruzadas. Y en su inmensa mayoría fueron todos hombres pero, y esta es la esencia de Freaks que Hicieron Historia, no todos y hoy vamos a hablar de la temible pirata Anne Bonny, la única que junto a Mary Reed, está reconocida como tal por la historia.

Su leyenda como pirata ha sobrevivido hasta nuestros días, y la hemos podido ver retratada en muchas obras literarias y de ficción. Algunas de ellas van desde novelas como “¡Sí, mi capitana! de Diana Gutiérrez, donde vuelve a las andadas con Jack Rackham y Mary Reed, que van a la caza de un monstruo marino – pero ojo, que esto es una novela erótica, así que ya sabéis qué os podéis encontrar-.

También la hemos visto en televisión, en la serie Black Sails donde su personaje fue interpretado en 2014 por Clara Paget, o como inspiración para la pirata Jewelry Booney del conocido manga y anime japonés One Piece. Finalmente, los amantes de los videjuegos la pudieron ver en Assasins´s Creed IV: Black Flag y, algo más recientemente, también se la referencia en Uncharted 4 como una de las piratas fundadoras de Libertalia junto a Thomas Tew, Henry Avery y otros diez camaradas.



Anne Bonny nacía en Irlanda, el 8 de marzo de 1698 pero, y ya lo aviso, en las fuentes sobre su vida se mezcla mucha leyenda, dado que fue todo un fenómeno social en su época, y no tantas notas oficiales. Aún así, se conoce que fue hija de William Cormac, un no tan respetable hombre de leyes ya que la madre era la criada de su esposa, la señorita Brenan (no hay acuerdo sobre si se llamaba Mary o Peg).

Tras descubrirse el adulterio de su padre, Cormac, su amante y la recién nacida Anne tuvieron que emigrar a Charleston, en Carolina del Sur, para intentar comenzar allí una nueva vida. El padre de Anne Bonny era un tipo resuelto, y en un país como EE.UU. en el siglo XVIII supo aprovechar las oportunidades y amasar una nueva fortuna invirtiendo en diferentes tipos de plantaciones.

Esta capacidad de William Cormac hizo que Anne Bonny tuviera una niñez y adolescencia muy acomodadas, recibiendo una cuidada educación. Ahora bien, Anne era una mujer de armas tomar desde su más tierna infancia y los enfrentamientos con su padre eran constantes.

Recordemos que hablamos de las primeras décadas de 1.700, momento en el que la mujer estaba relegada al papel de madre y ama de casa. Un tipo de vida que se alejaba diametralmente de las ideas de la rebelde Anne Bonny que siempre soñó con otro tipo de vida. En esta época también se popularizó la literatura e historias románticas sobre la vida en libertad de los piratas, alejados de los formalismos de una sociedad atada a las costumbres victorianas. Un cóctel explosivo para una persona con las ansias que tenía Anne Bonny de romper con todo lo establecido.

Con dieciséis años, Anne Bonny se enamoró de James Bonny, de quien tomó el apellido. Un marinero de medio pelo, que se las daba de pirata y con el que coincidió en sus habituales escapadas al puerto. Se casaron en secreto pero su padre nunca aceptó a James, ya que vio que su único objetivo era hacerse con el dinero de la familia. Para impedirlo, desheredó a su única hija.

Sin un futuro en Charleston, Anne y James decidieron probar fortuna en New Providence, la actual Nassau, en las Bahamas. Y aquí es donde realmente empieza su verdadera leyenda.

Si Anne Bonny estaba ya enamorada de la idea de la vida pirata, la isla tropical fue ya la última pieza que faltaba para que diera el salto definitivo. Su carácter arrollador, unos modales vulgares pero dentro de un atractivo cuerpo, la hicieron famosa en toda la isla. Su naturaleza rebelde y violenta la hacía meterse en trifulcas y peleas constantemente y, de hecho, ante de llegar a las Bahamas se cuenta que, tremendamente enfadada con su padre, prendió fuego a varias de las plantaciones de su progenitor.



Las anécdotas de su carácter violento se cuentan por cientos, teniendo no sólo pelas con hombres sino también tremendos enfrentamientos con mujeres, siendo el más famosos el que tuvo con Maria Vargas, cuando ambas se disputaban el mismo amante. El favor del adinerado comerciante Chidley Bayard se dirimió en un duelo que, por supuesto, ganó y significó la muerte de la contrincante de Anne.

Volviendo a las Bahamas, el marido de Anne Bonny pasaba largas temporadas fuera de casa y nuestra protagonista tampoco es que le guardara ausencias. Cortejada con frecuencia por su belleza, tuvo numerosos escarceos amorosos pero el más importante y que la transformó en una auténtica pirata fue Jack Rackham.

Apodado “Cálico Jack”, se decía de él que era tan apuesto como bella era Anne Bonny y con un temperamento también similar. Fue intendente a bordo del Ranger, el bergantín de Charles Vane, uno de los piratas más conocidos de la zona y a quién arrebató el puesto de capitán  - os podéis imaginar cómo -. Anne siguió a su amante, vestida de hombre, y durante un año viajaron dando pequeños golpes, una aventura que acabó cuando Anne se quedó embarazada y tuvo un aborto, lo que los volvió a llevar a New Providence.

El marido de Anne había descubierto el amorío entre su esposa y Rackham, denunciándolo ante el gobernador Woodes Rogers, quien amenazó con azotarla en público. Pero casualmente, Anne descubrió los rumores de un complot contra la vida del gobernador y no dudó entonces en avisar de tales planes al mismo, con lo que se ganó su favor. Por este motivo, al volver de alta mar su marido James, el gobernador fue indulgente con el adulterio de Anne con Jack y sugirió a este último que pagase al marido por el divorcio con la chica. Pero James se negó a aceptar el acuerdo y entonces,  Anne y Jack reunieron una tripulación, robaron un barco en el puerto y se hicieron a la mar, forjando la leyenda de ambos.

Durante un tiempo, a lo “bonny y clide”, se dedicaron a saquear todos los barcos que se iban encontrando, en su mayoría embarcaciones de pescadores.   En sus andanzas en esta época sucedió otro de los momentos clave en la vida de Anne Bonny. Tras capturar un barco alemán, entre los prisioneros había un delicado y bello joven, Mark Reed.

Anne y este trabaron una estrecha amistad y Jack, celoso de la relación, acabó pidiendo explicaciones – probablemente como sólo sabe hacer un pirata, a punta de espada -. Fue entonces cuando se descubrió la sorpresa y es que el joven, en realidad, era una mujer, Mary Reed. Se dice que los tres iniciaron en ese momento un triángulo amoroso, esto entra dentro de la leyenda, pero lo que si es cierto es que Mary se unió a la tripulación de Anne y Jack, y pasó también a los anales de la piratería.

Mary Reed era, en muchos aspectos, similar a Anne Bonny e igual de dura que ella en el combate, lo que hizo que no hubiera problemas con el resto de tripulantes. Tampoco había tenido una infancia al uso. Su madre era la esposa de un marino londinense con el que había tenido un hijo y que un día zarpó y nunca regresó. Empujada a la miseria, la joven esposa tuvo que buscarse un protector, que a su vez la abandonó cuando se quedó embarazada de Mary. Desesperada, la pobre mujer tuvo que acudir a la familia de su marido, y su suegra acabó concediéndole un subsidio que le permitiera alimentar a su pequeño nieto. Pero el niño murió, y para seguir recibiendo el subsidio, la pobre madre tuvo que vestir a su hija con las ropas de su hijito muerto. Mary se había convertido en Mark.



Con apenas 13 años, Mary empezó a trabajar de paje, no le gustó y se enroló en un barco. Por entonces estalló la guerra de la Gran Alianza y Mary no quiso perdérsela sirviendo primero en la infantería y luego en la caballería británica. Allí se enamoró de un joven soldado llamado Fleming con el que acabaría casándose y teniendo una vida de marido y mujer (al uso) como dueños de una taberna en Breda. Pero la guerra se acabó, y con ella la clientela, y por si fuera poco, el joven marido murió dejando a Mary sin ningún motivo para quedarse en Holanda. Volvió a vestirse de hombre y embarcó hacia las Américas, encontrándose en el camino con Jack y Anne.

Esta particular tripulación sembró el terror en el Caribe durante un tiempo en el que la fortuna les sonreía. A lo largo de, más o menos, un año se dedicaron a sembrar el terror entre los navíos de la zona de las Bahamas y son muchas las anécdotas que se cuentan como la del duelo de Mary Reed con un pirata cuando estaba embarazada.

Sin embargo, las aventuras de estos acabaron en 1720. Rodeados de cazapiratas y patrullas de la armada real inglesa, a finales de ese año eran apresados por Jonathan Barnet. Y lo cierto es que pese a su leyenda, la captura del barco de Rackham fue muy sencilla, ya que la mayoría de los tripulantes estaban ebrios y opusieron poca resistencia. De hecho, la leyenda cuenta que precisamente fueron las dos mujeres las últimas en caer y las únicas que permanecieron en cubierta luchando como diablos hasta que fueron capturadas por la fuerza.

Todo el Caribe se hizo eco del jucio de las dos muyeres pirata y, de hecho, los informes redactados al respecto pasaron a ser el primer documento escrito que habla sobre la existencia real de mujeres a bordo de un barco pirata.

Jack Rackham y el resto de la tripulación masculina fueron condenados a la horca, pero Mary Reed, visiblemente embarazada de nuevo, fue encarcelada. Anne Bonny también alegó estar embarazada y si bien no se sabe si fue verdad o mentira, obtuvo la confirmación de la comadrona. Mary Reed moriría en prisión debido a unas fiebres pero Anne Bonny no sólo resistió, sino que pudo visitar a Jack Rackham antes de ser ejecutado. Es cuando se cuenta un capítulo más en la leyenda y es que las últimas palabras que le dijo a su gran amor fueron: Lamento verte así, Jack. Pero si hubieras luchado como un hombre, ahora no tendrían que colgarte como a un perro

Poco después, sucedió otro momento insólito en la vida de Anne Bonny, ya que desaparecería de la prisión de la noche a la mañana. La teoría más extendida es que la intervención de su padre, con buenas relaciones con el gobernador, hizo el milagro con la promesa de llevarla a un convento y ordenarla monja. Otra historia paralela y con mucha más miga es la que cuenta que el gobernador de Jamaica recibió una carta firmada por Bartholomew Roberts, uno de los mayores piratas de todos los tiempos que poseía una temible flota y que decía: “Si Anne Bonny no es liberada inmediatamente, será mejor que se preparen desde Port Royal hasta Kingston para el trueno de los cañones de mis barcos”.

Sea como fuere, tras su liberación se pierde el rastro histórico de Anne Bonny que, entonces, sólo contaba con 21 años. Las pruebas aportadas por algunos descendientes  indican que El padre de Anne Bonny la llevó a Charleston, donde dio a luz al segundo hijo de Cálico Jack. Ese mismo año, James Bonny se ahogó en una temible tempestad por lo que pudo casarse con Josheph Burleigh. Nunca más volvió a retomar su vida de piratería y  tuvo otros 8 hijos con su nuevo marido, muriendo en Carolina del Sur a la avanzada edad de 84 años, un 25 de abril de 1782.

Aunque las pruebas históricas hablan de una Anne Bonny retirada de la piratería, rodeada de hijos y nietos como una más de su comunidad, qué queréis que os diga, me quedo antes con las canciones y leyendas piratas que cuentan que en realidad, reunió una nueva tripulación y con el tesoro escondido de Jack Rackham, levó anclas y partió en busca de más aventuras.

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