Biografía Hermanos Wright - Los pioneros de la aviación


Un artefacto provisto de una hélice, capaz de volar tanto en el aire como en la imaginación, este fue uno de los primeros juguetes que el obispo protestante Milton Wright regaló a sus hijos y por el que se obsesionaron desde ese instante con el mecanismo y con la idea de surcar los cielos. Esta idea caló tanto en los hermanos que con todo su aplomo, le dijeron a su profesora ya en la escuela primaria que, algún día, ambos volarían. Hoy, en Freaks que Hicieron Historia, vamos a contar la vida de los pioneros de la aviación, es decir, la biografía de los hermanos Wilbur y Orville Wrigth.

Primeros años de la vida de los hermanos Wright

Los hermanos Wright nacían a finales del siglo XIX en Indiana y Dyaton, en Ohio, y se convertirían en pioneros de la aviación sin haber estudiado una ingeniería. Wilbur, el mayo de los dos, era, según los que le conocían, un chico que vivía en "su propio mundo" aunque obtenía sobresalientes en todas las asignaturas. Sus padres se plantearon llevarle a la Universidad de Yale pero un palo de hockey arruinó sus planes además de dejarle sin algunos de sus dientes superiores. El trauma acabó, indirectamente, potenciando su capacidad creativa y durante tres años estuvo encerrado en su casa entregado a la lectura, una actividad bastante habitual en la familia.

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El manitas del dúo y que era el innovador con visión empresarial era el pequeño, Orville. Cuatro años más joven que Orvile, tampoco llegó a la universidad y tras ser aprendiz en una imprenta, creó la suya propia, comenznado a publicar un periódico, The West Side News. Sin embargo, los hermanos Wrigth, como buenos emprendedores, supieron cambiar de rumbo en el momento adecuado. Las bicicletas se estaban poniendo de moda a finales del siglo XIX, así que decidieron montar un taller de reparación. Pronto comenzaron a obtener respetables beneficios diseñando y fabricando su propio modelo que bautizaron como la “Van Cleve”.



Pero sus ganas de conquistar el cielo reaparecieron en su juventud cuando se toparon con Otto Lilienthal un ingeniero alemán que había realizado algunos experimentos con planeadores. Aunque  falleció tras romperse la columna vertebral al caer en uno de sus vuelos, su ejemplo disparó la ambición de los dos hermanos Wrigth.

Durante la década de 1890, Wilbur y Orville empezaron a interesarse especialmente con la idea de fabricar y hacer volar una aeronave más pesada que el aire y que pudiese despegar por medios propios.  Siguiendo el ejemplo de Lilienthal, en el año 1899 construyeron sus primeros planeadores y enviaron una carta al Instituto Smithsonian en la que solicitaban todos los estudios científicos sobre aviación que pudieran remitirles, asegurando que el vuelo humano era "cuestión de conocimiento y destreza en las tareas acrobáticas".

La cara menos conocida de los hermanos Wright. Sin estudios, sin preparación técnica, sin amigos en la alta sociedad y sin otra ayuda que sus propias manos, los Wright se equivocaban y discutían con frecuencia, pero no dejaban de trabajar meticulosamente en su artefacto volador. Estos dos hermanos inseparables y solteros, que vivían en la misma casa de Dayton, trabajaban codo con codo seis días a la semana e incluso ingresaban su dinero en la misma cuenta bancaria. Durante años, compaginaron su invento con la supervisión de su negocio de bicicletas, la fuente de financiación que les permitía costear sus pruebas en Kitty Hawk, el pueblo de Carolina del Norte al que se desplazaban por sus óptimas condiciones de viento.

Después de la realización de varias pruebas y vuelos con planeadores, los Wright decidieron en 1902 ponerse a fabricar su avión, el Flyer 1. Se convirtieron en el primer equipo de diseñadores que realizaron pruebas serias para intentar solucionar problemas aerodinámicos, de control y de potencia, tres elementos que afectaban a todos los aviones fabricados en esa época.



Para la realización de un vuelo con éxito, la potencia del motor y el control del aparato serían esenciales, y al mismo tiempo, el avión precisaba de ser bien manejado . Las primeras pruebas fueron difíciles pero los Wright fueron perseverantes y hasta crearon un túnel aerodinámico, el primero de la historia, para probar sus ideas. Dado que nadie les daba una solución satisfactoria, también fabricaron su propio motor con la potencia deseada, 19 cv ,y solucionaron los problemas de control de vuelo a través de una técnica denominada alabeo, poco usada en la historia de la aviación, pero que funcionaba en las bajas velocidades a las que el avión volaría.

Octave Chanute, un prestigioso ingeniero que se convirtió en su mentor, les propuso escribir a un posible inversor para financiar su aeroplano, pero no les gustó la idea. Samuel P. Langley, un alto cargo del Smithsonian, quiso echarles una mano y conocer su diseño. También rechazaron esa ayuda. "Sabíamos que llevaría mucho tiempo e inversión obtener la información por nuestra cuenta", señalaba Orville, "pero había un espíritu que nos ayudaba a sobrellevarlo".

Los Wright no querían desvelar los secretos de su Flyer. Al fin y al cabo, Langley estaba desarrollando su propio avión, el Aerodrome, gracias a 50.000 dólares de ayudas públicas y a otros 20.000 que le proporcionaron inventores como Alexander Graham Bell. La financiación no sirvió para mucho: este astrónomo fracasó en sus intentos de controlar aquel pesado y enorme aeroplano, que directamente caía al agua. "Una aeronave como un submarino", titulaba irónicamente The New York Times.

Si un reputado científico no había logrado volar, ¿por qué iban a conseguirlo los Wright? "No podíamos evitar pensar que eran un par de pobres chalados. Se tiraban horas de pie en la playa simplemente mirando a las gaviotas volar, elevarse y descender", aseguraba John T. Daniels, miembro de la estación de salvamento de Devil Kills Hills donde se realizaban las pruebas.
Pero finales de siglo, comenzaron a realizar sus primeros vuelos con éxito con sus prototipos, en Kitty Hawk. El avión que fabricaron los hermanos Wright era un biplano en el que el piloto permanecía echado sobre el ala inferior del avión, mientras que el motor se situaba a la derecha de este y hacía girar dos hélices localizadas entre las alas. La técnica del alabeo consistía en cuerdas atadas a las puntas de las alas de las que el piloto podía tirar o soltar para subir y bajar la altura o hacerlo girar. El Flyer fue el primer avión registrado en la historia de la aviación, dotado de maniobrabilidad longitudinal y vertical, excluyendo a los planeadores de Lilienthal, donde el control era realizado a través de la fuerza del propio tripulante.



El 17 de diciembre de 1903 se captó la famosa fotografía de los Wright que ha pasado a la historia. Orville se convirtió en el primer piloto “oficial” del Flyer tras vencer a su hermano lanzando una moneda al aire. El primer vuelo a motor duró 12 gloriosos segundos y recorrió 36,5 metros para un avión que pesaba 35 kilos. "Éxito con cuatro vuelos el jueves por la mañana" fueron las primeras palabras que utilizó Orville para comunicar a su familia en un telegrama que su hermano y él acababan de hacer historia. Se considera que los hermanos Wright no solo tuvieron que aprender a pilotar, sino también llegaron a dominarlo muy bien porque las actuales reproducciones del Flyer I son muy difíciles de volar, incluso en manos de pilotos expertos, ya que necesitan un impulso externo, proporcionado por ejemplo, por una catapulta.

Pese a su hazaña, ni medios ni autoridades prestaron la debida atención a los Wright durante los siguientes años. No lograron llegar a un acuerdo con el Departamento de Guerra y carecían de fondos para seguir desplazándose a Kitty Hawk, así que tuvieron que conformarse con probar su nuevo Flyer a las afueras de Dayton.

Los hermanos tenían terminado el avión en 1905 y trataron de venderle la idea a diferentes países. Francia, Inglaterra y los propios Estados Unidos estaban interesados pero los hermanos Wright no querían mostrar el avión hasta que hubiera un contrato firmado con compromiso de compra y nadie quería firmar el contrato sin ver los aviones. Y es que se creía que era todo un fraude porque casi nadie había visto a los hermanos volar, más que nada porque eran considerados unos auténticos “frikis” de la época, poco amigos de los medios de comunicación. El secretismo con el que trataban sus avances y su rechazo a hacer grandes demostraciones públicas - especialmente acusado en el caso de Wilbur que discutió agriamente más de una vez con los que trataban de fotografiar su avión, hicieron que muchos no los creyeran. "Aviadores o mentirosos", se preguntaba el Paris Herald, mientras pilotos como Alberto Santos Dumont se exhibían en público con máquinas menos avanzadas que los Flyer.

Inicios de la industria de la aviación - Biografía Hermanos Wright

Tras patentarlo en mayo de 1908, fue cuando por fin se atrevieron a realizar una gran demostración pública del que ya por entonces era el Flyer 3. Tras un calmado "caballeros, voy a volar", fue en esta ocasión Wilbur quien pilotó durante dos minutos el aeroplano en Le Mans, dejando al público boquiabierto. Orville realizó ese mismo año demostraciones en Fort Myer (Virginia), aunque en una de las exhibiciones falleció el pasajero que le acompañaba, un teniente que se convirtió en la primera víctima de un accidente de avión. El fatídico suceso no afectó a su fama y el entonces presidente William Howard Taft les invitó a la Casa Blanca en 1909.



Los Wright acordaron diseñar un Flyer por 25.000 dólares para el gobierno estadounidense, un acuerdo que se sumó a sus a beneficios por los contratos y premios en Europa. Por fin habían logrado convertir su esfuerzo en un negocio más que rentable. Después de una década de trabajo, la labor de los Wright era finalmente reconocida por los medios y las autoridades.

Fue en ese momento cuando los hermanos crearon la Wright Company para fabricar sus aviones e instalaron sus oficinas en la exclusiva Quinta Avenida de Nueva York. Desde entonces, lo cierto es que apenas volvieron a innovar y, sobre todo Wilbur, se preocuparon más por proteger la patente del Flyer. Los Wright pusieron nueve demandas por infracción de patentes y fueron demandados tres veces, lo que provocó un importante atasco en el desarrollo de la aviación en el primer tercio del siglo XX.

Su batalla legal más famosa los enfrentó con el aviador estadounidense Glenn Curtiss, al que acusaron de que su June Bug, el primer avión capaz de volar un kilómetro en línea recta, había sido creado con el diseño que ellos habían patentado. Su colega Octave Chanute calificó como un "error garrafal" aquella demanda, alegando que la idea del sistema de alabeo tampoco había sido originalmente de los hermanos de Dayton.

Wilbur, no viviría para ver que los tribunales les acabaron dando la razón y fallecía en 1912. "Nos sentimos muy tristes, pero siempre es más fácil tratar con las cosas que con los hombres", escribió a un amigo antes de fallecer con la moral por los suelos a causa de la fiebre tifoidea.

Con el comienzo de la I Guerra Mundial, el gobierno instó a los fabricantes a acordar un canon por las tecnologías patentadas para acabar con los problemas de las demandas y ser recompensados por su uso. Para entonces, Orville ya había vendido la Wright Company aburrido de ser el mero supervisor de un equipo de ingenieros y mantuvo una vida alejada del foco público hasta su muerte en 1948.

Sin embargo, el impacto del esfuerzo y el genio de estos dos hermanos ha quedado patente para la historia y llevó a la humanidad, solo 60 años después de que estos pioneros crearan el primer avión a motor que apenas se elevó unos metros y voló unos segundos, a que otro amante de las alturas y natural de su mismo estadode  Ohio, Neil Armstrong, colocara un trozo de tela de un ala del Flyer para honrar a aquellos dos inventores que un día le dijeron a su maestra de escuela que volarían.

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